Cómo ya sabemos todos, hoy en día la sociedad, las familias y las personas han cambiado con respecto a modelos anteriores. Las empresas en cambio no hemos sabido reconocer las necesidades de nuestros trabajadores y siendo estos el activo más importante en cada organización, en Galda no creemos que podamos permitirnos tener una plantilla de gente insatisfecha.
Creemos que para alcanzar la conciliación de todas las facetas de la vida se necesita apostar por la flexibilidad laboral entendiéndola como un avance hacia un estado empresarial donde los trabajadores se sientan implicados en su trabajo. Para ello es necesario incentivar la corresponsabilidad y el trabajo activo y autónomo, medido por objetivos y otros indicadores y no por la cantidad de horas presénciales en el puesto de trabajo.
Con esta meta en mente en Galda hemos iniciado un proceso de cambio en nuestra organización donde cada trabajador conoce los objetivos diarios, semanales, mensuales y hasta trimestrales tanto a nivel general como particular y cada uno se organiza para cumplirlos con eficiencia porque cuando se sabe lo que se tiene que hacer y para cuando, se asumen compromisos. Como consecuencia los trabajos se llevan a cabo y los proyectos salen adelante con eficacia.
Cuando la gente se organiza se da cuenta que llega a más sitios y puede compatibilizar la atención que requiere un hijo o el curso extra que apetecía hacer sin perder de vista que para el jueves tiene que estar acabada la serie en curso por ejemplo. Lo que todo el equipo interioriza es que cada uno es responsable del compromiso que adquiere.